Ponte en marcha y no mires atrás.
¿Qué puede ser más estimulante que la sensación de aventura que todos experimentamos en nuestros viajes de verano por carretera? Es una experiencia intensa. Ya sea compartiéndola con los amigos, la familia o el amor, cada momento es poderoso, por simple y fugaz que parezca. Porque sabemos muy bien que todo esto es poco frecuente. Y aunque estemos en lugares donde el tiempo dura mucho y la vida seguramente dura un millón de años, por citar las famosas palabras, somos conscientes de que esto es sólo un interludio dorado antes de la inevitable vuelta a la rutina.
Así que construimos recuerdos. Alargamos las noches, ignorando el mañana. Nos complacemos en pequeñas cosas, un paseo, algo de lectura, una tarde en la playa, sobre las que el tiempo no tendrá -nos parece- ningún asidero. No queremos que nada nos recuerde la vida cotidiana, la normalidad. Sólo queremos el presente despreocupado. Aunque, en el fondo de nuestra mente, a veces pensemos... ¿y si...?
¿Y si no volvemos? ¿Y si los caminos que recorremos despreocupadamente nos llevan a cambiar de rumbo? Es un pensamiento muy veraniego. Es costumbre hacer buenos propósitos para cada nuevo año, pero en realidad, es durante el verano cuando llegan las grandes decisiones. Es entonces cuando fijamos nuestro rumbo. Cuando se suceden los "por qué no". En el aire cálido, en cada brisa marina, hay una sensación de posibilidad, alimentada por compañeros de viaje con ideas afines. El verano, entre la ligereza y la emoción.
¿Dónde encajan las zapatillas? Oh, cuando se mira así, parecen una miseria comparadas con la agitación interior, la reconexión con la naturaleza que experimentamos y la riqueza de los momentos pasados con los seres queridos. Pero ahí están, nuestros entrenadores. Nos las llevamos a nuestro viaje sin ni siquiera pensarlo. Nos las calzamos deprisa, sin pensarlo dos veces, porque sabemos que son ideales para nuestros paseos: ir a la playa, trepar por las rocas, deambular sin un propósito real, salir de noche... Tienen todas las ventajas, y aunque no les prestemos la atención que solemos prestarles, contentándonos con un balancín para quitarnos la arena de las suelas o un chorrito de agua antes de una salida nocturna, siguen estando en el camino y allanándonos el camino.
De eso trata nuestra campaña "On the Road". La zapatilla de deporte que está ahí pero no está, una fiel compañera en el fondo de la diversión mucho mayor que estamos teniendo. ¿Un simple accesorio reducido a su funcionalidad? Sí, pero no: siempre estará ahí, en el recuerdo eterno de un interludio feliz.
Salir a la carretera es sólo un momento, pero es para siempre.








Journaliste sneakers, mode, lifestyle. Auteur du livre "Sneakers Obsession".