Pero, ¿quién es MSCHF, el alborotador de las zapatillas?

¿Recuerdas las "Satan Shoes" de Lil Nas X? Este par de zapatillas de colores diabólicos, con una gota de sangre y un pentagrama, que habían desatado la ira de los políticos y obligado a Nike a reaccionar? Pues fueron ellos. Son los chicos de MSCHF, un nombre que surge con regularidad en el pequeño mundo del baloncesto. MSCHF, acrónimo de "Travesuras", que significa literalmente "travesura", puede describirse como un sello creativo, un colectivo de artistas o un simple grupo. Está formado por unas diez personas, algunas de las cuales son efectivamente artistas, pero también diseñadores o desarrolladores de productos, y lleva funcionando desde 2016 desde su base en Brooklyn. Fue en 2019 cuando empezó a ser noticia, con la caída de otroAir Max 97 en la misma línea que las "Satan".

Esta primera custom es, en efecto, una "Jesus Shoes". Su unidad Air contiene agua bendita del río Jordán, mientras que en la parte superior se puede leer "MT. 14:25" en referencia al versículo en el que Cristo camina sobre las aguas, un crucifijo en la lengüeta y guiños al Vaticano. Vendida por la módica suma de 1.425 dólares, la pareja se agotó en menos de un minuto y causó polémica. El primero de muchos.

Entre sus dos Air Max 97, MSCHF no ha dejado de acaparar titulares con obras conceptuales y lanzamientos de productos perfectamente locos. A veces ofrece una pipa de agua con forma de pollo, otras recorta los puntos de un cuadro de Damien Hirst para venderlos a 480 dólares cada uno. También puede ofrecer una camiseta hecha a partir de un patchwork de diez camisetas de marcas de moda por más de 1.000 dólares, un perfume que mezcla el desodorante Axe con Chanel nº 5, helados con la efigie de multimillonarios que exclaman "No sé de qué me hablas".¡Cómete a los ricos!" o sandalias "Birkinstock" hechas a partir de bolsos Birkin de Hermès, a precios que oscilan entre 34 y 76K (!).

¿Cualquier cosa? Sí, y ese es el principio. "Nuestro punto es que todo es divertido de una manera nihilista. No queremos hacer del mundo un lugar mejor. Estamos haciendo la luz del hecho de que todo apestaNos burlamos del hecho de que todo apesta", explica Gabriel Whaley, cofundador de MSCHF, a Business Insider. El objetivo de los artistas es claro: burlarse de lo que observan de nuestra sociedad de consumo en la era de Internet y las redes sociales. En este sentido, el baloncesto era, desde el principio, el medio ideal para que desplegaran un humor teñido de cinismo. Porque entre el sistema de comercialización por gotas y sorteos, las collabs excesivas y el marketing preponderante, el juego de las zapatillas está lleno de inspiraciones. MSCHF ha llegado a apropiarse de estos diferentes elementos, espolvoreando un toque de Supreme al fijar fechas precisas para el lanzamiento de sus productos.

Aunque forma parte de un planteamiento más amplio, la zapatilla se ha mantenido en el centro del trabajo del colectivo. Tras sus Air Max 97 "Jesus" y "Satan", MSCHF imaginó con Tyga unas "Wavy Baby", Vans Old Skool con ondulaciones que también le valieron una queja de la marca. ¿Es esto suficiente para calmar su ardor creativo? En absoluto. Perpetuando su espíritu subversivo, aunque tuvo que enfrentarse a Nike con su diabólico par, el colectivo se inspira en gran medida en sus Air Force 1 para firmar las zapatillas TAP3 y Super Normal. Esta vez, no hay cargos.

Desde entonces, los artistas neoyorquinos se han vuelto más conceptuales, con un Gobstomper, una "Walking Boot" AC1 y, por último, la Big Red Boot. O la última creación de MSCHF que ha sacudido las redes e Internet: un par de botas rojas tan voluminosas como mínimas, que recuerdan a las de Astro Boy. Algunos gritaron genialidad, otros expresaron su disgusto, nadie fue insensible. Como siempre con MSCHF que, como siempre, triunfa en su misión. No cabe duda de que el alborotador aún nos tiene reservadas otras sorpresas, para otras tantas reacciones.

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Alexandre Pauwels

Journaliste sneakers, mode, lifestyle. Auteur du livre "Sneakers Obsession".